Vergüenza, apocamiento, rubor, desquicie, desesperación o incluso hasta humillación, eso es lo que se siente cuando uno se relaja tranquilamente en el trayecto de un viaje en autobús, escuchando un poco de virtuoso y autentico Rock and Roll y de repente te ves alterado, despertado de tu burbuja imaginaria por un alboroto, unos berridos un tanto familiares.
Me quito los cascos de los cuales salían las notas musicales, levanto la cabeza y la imagen no puede ser más patética y a la vez decepcionante para el futuro de los jóvenes, nuestro futuro; En mitad del autobús, un chaval de 13-14 años levanta el brazo con la palma extendida, tarareando la canción con el mismo brazo, en un intento de realizar el saludo fascista y a la vez tararear la grotesca melodía como si se encontrara en una fiesta embriagado a base del mas malo de los garrafones que le vendieron a 10€ como si fueran ron.
La canción que brota del altavoz del móvil 3G del individuo, melodía infernal o simplemente himno de una de las mayores vergüenzas que esta España de pandereta ha dado, no es sino el tan famoso “Cara al sol”.
La escena es cuanto menos propia de cualquier viñeta humorística dedicada a la burla del fascista, pero el relato no acaba aquí. El chaval, seguidor eufórico de los sentimientos patrios de esta, “nuestra España, grande y libre” seguía cantando orgulloso y sin importarle lo mas mínimo, lo que el resto del autobús pudiese decirle, cuando a mitad de canción más o menos (Siento no poderles ser más exacto, no me conozco dicha melodía) el compañero de asiento, también de su misma edad supuse, le dijo que apagara el móvil, que él “iba a poner una canción que molaba mas”, yo después de lo visto, me reía para mí mismo y me esperaba cualquier cosa.
Mi sorpresa no iba a ser menos, el amigo en cuestión, saco su teléfono móvil, de última generación por lo que me pareció ver (Es increíble como cada día tienen un móvil más moderno, más caro y “mas guay” con menos edad) y empezó a reproducir una canción; “Hasta siempre”, del grupo Boikot, canción dedicada al Che Guevara, ideal humano y de lucha haya donde los haya. El chaval que antes cantaba eufórico el canto nacional de la España franquista le decía ahora a su amigo que esa canción (Si, si, la dedicada a Ernesto Guevara) también “molaba un copón”. Yo no pude mas, me descojone literalmente de risa por no echarme a llorar con lo que había visto.
La alienación y la decadencia en la que esta asumida la juventud de los países capitalistas es brutal, devastadora. Está claro que no todos hemos caído en ese aborregamiento, pero si creen que soy demasiado exagerado en mis afirmaciones, por favor, salgan a la calle. Salgan cualquier viernes o sábado por zonas céntricas y después díganme
¿Es eso lo que tengo que esperar de mis hijos? Un desprecio total y absoluto por la cultura, por la información y por el saber. Que la dirección de sus vidas este marcada por los ámbitos y directrices que esta sociedad les marca, adoctrinarlos y aborregarlos en la incultura más sagrada, con tal de que lleguen a ser unos perfectos consumidores que verán como los mismos que dirigen su vida, acaban con el mundo y con la propia raza humana mientras ellos comen palomitas sentados en el sofá.
Llámenme tozudo si quieren, pero no pienso quedarme sentado de brazos cruzados a esperar como eso pasa.
Gonzo
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