domingo, 4 de julio de 2010

Nacionalismo español, nacionalismo catalán, imperialismo, represión anti-obrera: el nuevo fascismo

Burgueses, parásitos sociales, comienza vuestro final.

Una serie de noticias a nivel estatal y mundial están ocupando la actualidad del panorama político.
Con el avance de la crisis, las contradicciones internas del capitalismo se están mostrando cada vez más. Los trabajadores y las trabajadoras van tomando conciencia de su posición de explotados/as, se organizan y se movilizan. Los capitalistas recurren a su egoísta defensa mediante los único métodos que saben: la difamación y la represión.

Las últimas movilizaciones obreras están poniendo en serios problemas al sistema capitalista. Las huelgas demuestran la necesidad del trabajo obrero. Cuando este trabajo falta, la sociedad no funciona.

Rápidamente, los patronos capitalistas ven peligrar sus beneficios y, a través del poder político, ordenan la represión hacia los trabajadores y las trabajadoras.

La represión no se ejerce sólo de manera física mediante el uso de las fuerzas policiales, sino también a través de la palabra.

La huelga de los trabajadores y trabajadoras del Metro de Madrid ha puesto en jaque el sistema de transporte de la ciudad e incluso de la Comunidad Autónoma madrileña. En los medios de comunicación informan acerca de la noticia: "la huelga va a seguir hasta el viernes pero, esta vez, con servicios mínimos"... rápidamente entrevistan a ciudadanos/as afectados/as por el paro obrero. Casualmente, los tres entrevistados culpaban a los trabajadores del Metro de la penosa situación que está viviendo Madrid a causa de este paro. La pregunta es: ¿casualmente?

Las empresas de comunicación controlan toda la información que se transmite a través de los medios: televisión, prensa, radio, etc. Estas empresas de comunicación son grandes multinacionales de la información dirigidas por grandes empresarios de la comunicación. Estos empresarios, como buenos burgueses, sólo informan de lo que les interesa. Por tanto, toda la información que aparece en los medios habituales está manipulada y tiene por objetivo mantener el modo de producción capitalista como sistema social. No es casualidad que, respecto a la huelga del Metro de Madrid, aparezcan únicamente entrevistas a personas que culpabilizan a los trabajadores y las trabajadoras del Metro del colapso comunicativo que está sufriendo Madrid.

¿Quiénes son realmente los culpables del colapso? Los patronos que, no satisfechos con la explotación laboral y la extracción de la plusvalía a sus trabajadores, se niegan a reconocer sus exigencias. Si tan imprescindibles son los patronos, ¡que trabajen ellos cuando hay huelga!

La burguesía es una clase parasitaria que vive (y muy bien) a costa del trabajo de otros (sus asalariados: los trabajadores). Su función social es nula, no sirven para nada, pero en cambio son los que controlan nuestros empleos y nuestros gobiernos.

Este control lo ejercen mediante la dominación del Estado, ente al servicio del poder económico. Si deciden subir el IVA y los impuestos (como van a hacer a partir de mañana en muchos servicios básicos) porque así se lucran más a través de nuestro trabajo y nuestro salario, lo hacen sin ningún remordimiento. Si el estado es un órgano de administración de los asuntos públicos, ¡quien debería gobernarlo y dirigirlo tendría que ser la mayoría de los ciudadanos: los trabajadores, el Pueblo!

La organización de la clase trabajadora es despreciada y destruida mediante argumentos del tipo: "unidad nacional", "todos con España y por España" o su variante catalana: "todos con la nación catalana y por la libertad de Cataluña".

La única unidad que necesitan los trabajadores y las trabajadoras es la unidad obrera ¡abajo los nacionalismos anti-obreros!

Por un lado, la burguesía española profundiza en su intento de "unidad nacional" mediante su selección de fútbol: la "roja". Por otro lado, la burguesía catalana ataca a la burguesía española y se refugia en sus intereses de clase mediante el argumento de "inconstitucionalidad" del Estatut.

Ambas pretenden arrastrar bajo su bandera al Pueblo, porque sino no serían nadie ni nada. Nuesta tarea es impedir que la clase trabajadora se crea las falacias nacionalistas de una u otra burguesía y se una como clase social: como clase obrera revolucionaria.

En el ámbito internacional, los capitalistas estadounidenses está preparando a pasos agigantados la que puede ser "Tercera Guerra Mundial". Su objetivo: mantener su sistema (el capitalista, claro) y acabar con toda la disidencia hacia su dominación mundial; lo que denominanos como "anti-imperialismo".

Comienzan tiempos difíciles. Guerra, hambre, muerte, destrucción... todo para mantener su sistema burgués. Bien saben cuál es su estrategia y cómo deben realizarla para proseguir con su falaz dominación.

La burguesía del siglo XXI no necesita mutar para ejercer el fascismo tradicional. El nuevo fascismo no se impone a través de guerras civiles o golpes de estado. El nuevo fascismo consiste en el total control de la población mediante los medios de comunicación y las fuerzas del "órden".

O los trabajadores y las trabajadoras nos organizamos y nos unimos para combatir a la bestia del neo-capitalismo fascista o preparémonos para lo peor. El capitalismo se encuentra en su última fase, su fase senil, y si hace falta está dispuesto a acabar incluso con la humanidad (y también con el planeta Tierra) para mantener su dominación y explotación durante más tiempo en la historia.

Jota

Extraído de Pueblo Aragonés

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