lunes, 30 de agosto de 2010

¿Cubanos xenófobos?

Sacado del blog Andalucía Proletaria


La primera referencia que recuerdo haber tenido sobre Málaga es la canción que le dedicara Ernesto Lecuona a las mujeres de la ciudad andaluza y que llegó a ser interpretada hasta por los Beatles. Luego supe que allí nació Pablo Picasso y también que es uno de los lugares de España más cercanos a África.



Fundada por los fenicios, está ubicada en las costas del Mediterráneo, y posee importantes huellas de la presencia árabe en la península Ibérica. Lugar de tradiciones republicanas, Málaga fue una de las plazas más castigadas por el franquismo. Los falangistas fusilaron allí a más de 17.000 personas y las enterraron en fosas comunes. La ciudad recibe, desde fines del siglo XX, un importante flujo migratorio que contabiliza más de 40.000 residentes extranjeros –fundamentalmente marroquíes, colombianos, argentinos y subsaharianos- sobre una población de menos de 600.000 habitantes.

Precisamente de Andalucía viene uno de los núcleos más importantes que construyó la nacionalidad cubana. No es necesario haber estado allí para imaginarnos una ciudad de mestizajes, que se abre al forastero con hospitalidad, sobre todo si proviene de culturas que le son cercanas.

Pues a Málaga han arribado varios de los ex-presos contrarrevolucionarios cubanos y al parecer no se sienten a gusto. Según un reporte de Europa Press, los excarcelados califican las condiciones allí como "poco ideales para llevar una vida relativamente cómoda porque deben compartir la mayoría de los espacios con personas de otras regiones del mundo y porque no tienen la posibilidad de seleccionar su alimentación”. Han criticado además,“la ausencia de personal para atenderles en situaciones de enfermedad o cuando tengan alguna necesidad especial”.

Cualquiera que conozca Cuba sabe lo bien que se relaciona su pueblo con personas de cualquier parte. Nadie más ajeno que los cubanos a una actitud xenófoba. Somos un país en que no sólo los extranjeros han sido acogidos en condición de iguales, sino que han llegado a ser líderes, como Máximo Gómez y Ernesto Guevara. La Revolución potenció ese sentimiento formando en Cuba decenas de miles de estudiantes de todas las regiones del mundo y enviando numerosos destacamentos de médicos y maestros que conviven con sus comunidades en los lugares más humildes de Asia, África y América.

Por eso, el comportamiento de los recién llegados a Málaga quizás ayude a comprender a muchos cuáles son las diferencias de los“disidentes” con el proyecto humanista de la Revolución Cubana. Ese que es capaz de preocuparse por propios y extraños, y hasta a sus enemigos atenderles exquisitamente sus necesidades de salud; a tal extremo que estos lo exigen como un derecho a donde quiera que llegan.

http://www.kaosenlared.net/noticia/cubanos-xenofobos-1

viernes, 27 de agosto de 2010

Al Qaeda no existe

Exraído de Cuestionatelotodo


En el siguiente documental se describe como nos vendieron el cuento de Al Qaeda, cómo fue posible que nos lo tragaramos y cómo fueron construyendo con nuestro consentimiento o sumision el sangriento negocio que justifica (especialmente para los que se benefician de él) tanta mentira y tantas muertes.

A los inocentes que aun siguen creyendo que viven en una democracia donde los gobiernos les dicen siempre la verdad y actuan según su mandato representativo, su visionado les puede provocar un trauma (o quizas tengan tan desarrollado el "habitus" de la aceptación acrítica de la verdad oficial que no quieran entender lo que ven). 

Al Qaeda nunca existió, y si a pesar de todas las evidencias alguien cree todavia que se trata de un sangriento grupo terrorista formado por fanaticos musulmanes que nos odia por ser cristianos (como si en occidente aun lo fueramos), el siguiente documental explica en poco tiempo y con claridad qué es realmente Al Qaeda y quienes son sus verdaderos creadores.














http://investigar11s.blogspot.com/2010/08/al-qaeda-no-existe-documental-1-parte.html

martes, 24 de agosto de 2010

Crónica General de un viaje a Corea", por Juan Nogueira



Crónica General de un viaje a Corea

Juan Nogueira López
para el blog
“Corea Socialista”
(Descargar en PDF)

Son las nueve y cinco de la mañana. Estoy entre Jinzhou y la nada, en un tren con ocho horas de retraso, trayecto Pyongyang – Beijing. En China llueve y ha llovido mucho estos días, demasiado; tanto que ha habido inundaciones masivas y se han estropeado las locomotoras. La nuestra viene desde Harbin, la capital de Manchuria y la descoordinación a la hora de traerla es el motivo de tanto retraso.

Ahora el tiempo es lo de menos. Vengo de pasar 16 días en Corea, país del que se habla más de lo que se debiera y del que se conoce menos de lo necesario. Más bien, casi nada.

Vine a Corea invitado por la Asociación Coreana de Científicos Sociales, con los gastos internos cubiertos y para un curso de formación política. El trato ha sido alucinante, alojándome en una suite de un hotel en el que jamás hubiera podido pagarme una noche en España y llevándome a conocer sitios seleccionados por mí en cinco provincias diferentes. He visitado universidades, granjas colectivas, fábricas, lugares de interés político, zonas en construcción y un largo etcétera. También ha habido tiempo para el ocio: desde el clásico karaoke oriental, a las piscinas, pasando por un recién inaugurado parque de atracciones, el zoo, reliquias de la Corea antigua o las montañas de Kuwol.

Cada día he redactado una crónica con mis impresiones, mezclando lo político y lo personal. Las iré publicando periódicamente. Por supuesto, en las impresiones personales siempre hay una carga de subjetividad y una forma propia de narrar y vivir cada situación. Habrá quién le guste más y quién menos, sólo puedo asegurar que lo que está en la hoja de Open Office es la representación escrita más fiel que he logrado sobre cada uno de mis días, vividos desde mi percepción, emocional y política.

Es la segunda vez que atravieso Manchuria en apenas 18 días, nunca antes lo había hecho. Las diferencias entre China y Corea son abismales, prácticamente son países que no tienen nada que ver.

La primera gran diferencia se hace notar al cruzar la frontera. En este aspecto, la república fundada por Mao en 1949 sale muy favorecida. Es indudable que Dandong, en la parte china, ha vivido un desarrollo exponencialmente superior al de Sinuiju, en la parte coreana.

Dandong es una de esas zonas económicas especiales que Deng Xiaoping creó en los años 80 para introducir el capitalismo sin apenas regulaciones en China. La llegada masiva de capital extranjero, por supuesto, ha tenido un efecto sobre el desarrollo de la urbe, que hoy hace reflejar sus enormes rascacielos sobre las aguas del río Yalu. Todo esto a costa de sacrificar a una sufrida clase obrera china, a la que el partido gobernante dijo un día representar.

En la parte coreana, en cambio, puede verse lo que probablemente es una de las peores y menos representativas imágenes del país. Sinuiju vivió el esplendor de la gran industria socialista en los años 70 y 80, pero la crisis que en Corea provocó la contrarrevolución en el campo socialista, ha llevado al semi-cierre y a la oxidación a buena parte de ella.

Las comparaciones son odiosas. Aún así, si bien es cierto lo que acabó de escribir, no es menos cierto que en otros muchos aspectos, Corea supera con creces a China.

La situación del campo es buena prueba de ello. En origen, ambos países comparten circunstancias muy similares. En ambos casos, los campesinos eran la parte mayoritaria del país y la fuerza principal que hizo la Revolución. Además, tanto en China como en Corea, la superficie cultivable es escasa y se requieren inversiones de capital masivas en el agro para lograr el objetivo de la autosuficiencia alimentaria.

En Corea se diseño una estrategia a largo plazo que se ha venido desarrollando a lo largo de décadas. Es realmente increíble lo que a simple vista se puede observar. Todos los campos de cultivo se han nivelado y las cosechas ocupan prácticamente todo el territorio rural. En las zonas llanas, arroz y maíz; en las colinas, frutales y hortalizas. Los pueblos se han reconstruido con viviendas modernas en las lomas de las abundantes montañas. Todo está perfectamente organizado, planificado y aprovechado.

Así, Corea se ha convertido en un país con el record de rendimiento por hectárea en el cultivo de patata y, en los años 80, también en el arroz, según la FAO. El crecimiento anual de su producción agrícola supera ampliamente la media mundial. Todo esto, a pesar de un persistente bloqueo económico que dificulta enormemente la compra de petróleo -necesario para la maquinaria agrícola y la producción de fertilizantes-, las difíciles condiciones climáticas -que no permiten cultivar durante 200 días al año en algunas áreas-, la poca fertilidad y escasez de tierras cultivables y las dificultades económicas.

En cambio, en China, la política rural sufrió numerosos tambaleos y nunca existió una estrategia permanente para el agro. En tiempos maoístas, hubo primero cooperativas, luego comunas y finalmente otra vez cooperativas, que actuaban casi como granjas estatales. El objetivo era “andar con las dos piernas”, es decir, que el país basara su desarrollo, no en el crecimiento prioritario de la industria -como en la Unión Soviética-, sino en la agricultura también.

Sin embargo, esto tuvo un significado distinto según cada momento histórico. Durante la primera década, se cooperativizó el campo y de las granjas se sacó el capital -humano y material- para industrializar las grandes ciudades. En el Gran Salto Adelante, en cambio, se fusionaron las cooperativas en grandes comunas autosuficientes, que debían crear con sus propias fuerzas industrias locales para llevar la vida urbana al campo. El fracaso de este plan supuso también el fin de las comunas y durante el resto del periodo maoísta, las granjas funcionaron bajo un sistema más clásico, por el cual la industria estatal les facilitaba la maquinaria moderna y los químicos.

En definitiva, no hubo una estrategia de transformación integral del campo en función de criterios claros, lo que significó el asistencialismo y la falta de desarrollo. Esto hizo fácil al sector liderado por Deng Xiaoping privatizar las granjas, bajo el pretexto de la productividad y de dar a las familias los resultados de su trabajo, aunque en la práctica la propiedad rural se esté concentrando en los nuevos ricos de China.

El último congreso del Partido Comunista China ha vuelto a introducir la idea de un sector socialista en el campo. Habrá que ver si hay algo más que buenas palabras.

Lo cierto es que el campo chino no tiene nada que ver con el de Corea. Las viviendas son generalmente viejas y están diseminadas por los campos de cultivo, que son atravesados sin orden por carreteras y ferrocarriles. Hay numerosos campos sin cultivar, al lado de otros que cuentan con plantaciones de agricultura intensiva. En resumen, el aprovechamiento real de las capacidades que tiene China está muy por debajo de la capacidad potencial. Y eso no sólo es un problema chino, sino mundial. El consumo y seguridad alimentaria tiene mucho que ver con una correcta planificación y con que en cada país se trabaje por su propia seguridad alimentaria. Y esto, sinceramente, sólo es posible bajo el socialismo.

Sólo con un sistema capaz de planificar en función de toda la tierra disponible, es posible alimentar a toda la población. El capitalismo reduce la rentabilidad agrícola, porque donde sería necesario un sólo tractor, el capitalismo hace que se necesiten tres, ya que esa tierra está dividida entre tres propietarios. No sólo eso, en España estamos transformando nuestros campos de cultivo en campos de golf y el agua de los cultivos se desvía hacia las piscinas de las urbanizaciones para turistas borrachos de Gran Bretaña y Alemania.

Necesitamos un sistema que planifique en función de las necesidades alimentarias, no de las necesidades de venta de los propietarios de la tierra. Cada medio de producción satisface las necesidades de su propietario. Si queremos una tierra que sirva para ganar beneficios, démosela a empresas privadas, que en vez de cultivar, pondrán un centro comercial o un campo de golf. Si queremos una tierra que sirva a las necesidades colectivas del pueblo, démosela al pueblo, bajo régimen de propiedad colectiva. Por eso, en Corea no se deja de cultivar alimentos para producir biocombustibles y, en países como Brasil, sí.

En fin, las diferencias entre China y Corea van mucho más allá de la administración económica. La sanidad y la educación siguen siendo en Corea gratuitas y públicas a todos los niveles, lo cual no impide que exista un sistema de enseñanza tremendamente elitista. Me explico: en Corea se busca de forma sistemática a los talentos desde edades muy tempranas y se les ofrece educación especializada. Las ramas abarcan desde los niños superdotados hasta talentos deportivos, artísticos, lingüísticos o incluso para el circo. Por eso, un país con apenas 24 millones de habitantes, es capaz de enviar por sus propios medios naves al espacio y desarrollar tecnología nuclear.

China también da una importancia enorme a la educación, aunque el esfuerzo comenzó sobre todo a través de las “cuatro modernizaciones” previstas por Zhou Enlai en los años 70. En cualquier caso, ante la imposibilidad de hacerlo por sus propios medios, el Estado chino ha recurrido a elitizar la educación con la entrada de capital privado y la exclusión de buena parte del estudiantado mediante distintas barreras, entre ellas, la económica.

El centro de toda la estrategia china, hoy día, es la apuesta por el desarrollo de las fuerzas productivas. Se basa en una vieja premisa marxista de que el socialismo no es socializar miseria, sino una distribución igualitaria de una riqueza cada vez mayor, aportada por una industria avanzada. Es decir, el socialismo implica relaciones de producción colectivas y desarrollo de las fuerzas productivas.

El problema es que las revoluciones se han producido allá donde las situaciones pobreza eran más alarmantes, es decir, donde el desarrollo de las fuerzas productivas era más limitado y las relaciones de producción eran más sangrantes. Esto ha producido que los partidos comunistas en el poder no pudiesen poner en marcha inmediatamente el reparto igualitario de la riqueza, porque precisamente no existía esa riqueza.

¿Qué hacer entonces? Obviamente, hay que conseguir ambos objetivos: crear riqueza y distribuirla bien. Pero las vías pueden ser dos. China, bajo la época maoísta, apostó por forzar al máximo el igualitarismo social, para formar hombres y mujeres comunistas conscientes. Aunque aún no se hubiese llegado al desarrollo suficiente como para crear una riqueza abundante, lo importante era que se vivía en una sociedad de iguales. El comunista y la comunista, en realidad, podían vivir en el ascetismo y la austeridad, eso era lo de menos e incluso algo positivo. Lo llamaban el “espíritu de Yennan”.

Aún así, Marx ya lo avisó: no es la conciencia la que crea el ser social, sino el ser social el que crea la conciencia. Es decir, que los chinos podían tener una conciencia pura e igualitaria, pero antes que las ideas, los seres humanos tenemos estómago y ciertas necesidades materiales. Nuestras necesidades materiales preceden y son más poderosas que nuestras ideas y en cuanto un tal Deng Xiaoping prometió riqueza, los chinos le siguieron sin demasiadas protestas, a pesar de que la igualdad nunca más caracterizase a la sociedad china. Muchos chinos sacrificaron la seguridad y los mínimos que le aportaba el maoísmo, creyendo en la ilusión de convertirse en propietarios, en nuevos ricos.

China, oficialmente, sigue aspirando a una sociedad socialista, pero considera que lo fundamental es crear primero la riqueza y, cuando sea posible, comenzar la distribución crecientemente igualitaria. Para crear la riqueza, consideran útil la desigualdad y fomentar el afán de competitividad y enriquecimiento personal. Eso acelera el desarrollo económico y, según su punto de vista, acelera la llegada del socialismo.

El problema es que las fuerzas económicas que se están creando son objetivamente antisocialistas. Es decir, es imposible crear una clase de propietarios en China y, dentro de 25 años, decirles que abandonen sus empresas y mansiones de forma pacífica, que ya llegó el momento del socialismo.

Además, ¿cómo se asegura que en algún momento habrá un cambio de rumbo en dirección socialista? En teoría, porque aún con una economía capitalista, el Partido Comunista sigue en el poder. Pero, ¿acaso no ocupan puestos importantes en el partido los nuevos ricos? ¿Qué intereses está defendiendo el partido? ¿Los de quién?

Un último problema de China, aunque quizás la clave de todo, es que el crecimiento económico se basa en la acumulación externa. Es decir, los recursos que China utiliza para su gigantesco despegue económico proceden del capital internacional, de las inversiones. De esta manera, el Estado chino ha dejado de priorizar la acumulación interna, central en tiempos maoístas, y los recursos liberados sirven hoy para la adquisición de bienes de consumo por parte de la población. Ésta ha sido la forma de “comprar” el silencio de los chinos ante los abusos y la realidad de la inversión y explotación extranjera.

Sin embargo, los intereses del capital extranjero son tan grandes hoy que pueden poner en peligro la propia soberanía china.

Por el contrario, Corea basa más del 90% de su crecimiento en la acumulación interna. Existe alguna empresa mixta y una zona económica especial para fomentar el intercambio con Corea del Sur, pero su peso en el conjunto de la economía es pequeño, salvo en el ámbito de las divisas.

El esfuerzo de inversiones de capital con recursos nacionales reduce, obviamente, las posibilidades de consumo, pero permite márgenes de soberanía política inalcanzables para la mayoría de países del mundo. No sólo eso, en Corea no existen grandes diferencias de ingresos entre la población y la conciencia ideológica se corresponde con la realidad que la población vive en el día a día. Eso es una fuente de motivación para muchas personas y permite que, fuera de horas de trabajo, millones de trabajadores se movilicen para el trabajo voluntario, consiguiendo un rendimiento económico espectacular para un país que se basa en sus propios recursos. Especialmente, para un país pequeño y sometido a un bloqueo económico fortísimo.

En Corea, la autosuficiencia económica y la soberanía política llevan siendo objetivos centrales desde los años 50. Su economía ha tomado algunos aspectos de la Unión Soviética y otros de la China maoísta.

Como en la Unión Soviética, existe una planificación centralizada, todo se calcula, se mide, se organiza a la perfección y se ejecuta con precisión. La técnica y organización tienen una importancia capital en la economía norcoreana.

Sin embargo, en las formas de gestión, Corea apuesta por un modelo similar al de la China maoísta. Aunque el partido y el Estado organizan, no imponen. La función del partido es ser la fuerza organizada consciente, que conoce la realidad del país y hacia dónde debe avanzar. Interviene entre la sociedad para tratar de guiarla en esa dirección, la escucha y se nutre de sus opiniones. El partido es una especie de instrumento intermedio entre la actualidad y el futuro, entre la sociedad y las personas en puestos dirigentes.

Ante cualquier decisión, el partido la explica y hace campañas entre la población, tratando de que sea ésta la que voluntariamente responda de forma entusiasta. La persona y su conciencia ideológica están en el centro de todo el sistema.

Este modelo de gestión se lleva aplicando desde la década de los 50 y es lo que caracteriza al socialismo coreano y, quizás, una de las claves por las que el tsunami contrarrevolucionario de los años 80 no arrastró también a la República Popular Democrática de Corea, a pesar de tener enemigos tan poderosos como Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.

A día de hoy, los coreanos están convencidos de que son una potencia militar: su Revolución no puede ser derrotada militarmente, salvo con un baño de sangre tan grande que lo hace inasumible para el imperialismo yanki. Son también una potencia política -afirman-, ya que el socialismo cuenta con el respaldo casi unánime del pueblo del norte de Corea y el poder popular tiene bases tan implantadas que es casi imposible una contrarrevolución interna.

Por ello, la gran tarea es -como en China- el desarrollo económico. Ese objetivo lo denominan en Corea “la gran potencia próspera socialista”. Lo de socialista no es una coletilla, sino la clave para entender su estrategia. Para ellos, el desarrollo de las fuerzas productivas no puede poner en peligro las relaciones de producción ni tampoco la estrategia autosuficiente.

De hecho, dos claves para entender los planes de desarrollo que están actualmente en marcha son, en primer lugar, la creación de una industria moderna y competitiva, pero estatal y basada en toda la legislación socialista conquistada durante todas las décadas anteriores. En segundo lugar, la sustitución de las importaciones a las que se vio obligado el país durante los años de la crisis.

En ese sentido, tiene importancia el autoabastecimiento alimentario definitivo, así como la sustitución de bienes de consumo importados por los que se producen en nuevas industrias nacionales. La base para ello es la potente industria pesada estatal creada a lo largo de las décadas anteriores.

Los avances están siendo espectaculares, aunque me quedo con tres ejemplos que pude visitar y que detallo en las crónicas correspondientes: la granja frutícola, la fábrica de baldosas y la granja de avestruces.

El año 2012 es la fecha en la que termina el actual Plan Quinquenal y en la que, además, se cumple el centenario del nacimiento de Kim Il Sung. Entonces, se quieren haber puesto los cimientos de esa gran potencia próspera socialista. Los planes en marcha son muy ambiciosos y abarcan casi todos los ámbitos. Cualquiera que quiera darse cuenta de ello sólo tiene que darse una vuelta por Pyongyang y ver la cantidad de edificios en construcción o reparación, las nuevas estaciones de metro, la cantidad de productos nacionales en las tiendas y otros muchos signos de recuperación y avance económico.

Sé que más de una persona estará pensando en la coincidencia del cumpleaños del primer presidente del país con un objetivo económico. El líder es en Corea algo más que una simple persona desempeñando un cargo. Una revolución se explica por causas objetivas -económicas, de opresión nacional- y por causas subjetivas -sujetos que hacen la revolución con una determinada conciencia y gracias a una organización determinada. En Corea, el líder es uno de los elementos subjetivos claves para explicar su revolución.

Es un modelo y ejemplo y alguien cercano que ayuda al pueblo a comprender la nueva sociedad socialista. Es a quien el pueblo ha seguido en transformaciones radicales como la Liberación, la lucha contra el imperialismo estadounidense o la construcción del socialismo. Así lo ven ellos, al menos.

Si eso es culto a la personalidad o no, es lo de menos, al menos para los coreanos. Eso no es un problema práctico. Es un sentimiento genuino y colectivo. Yo mismo pude comprobar cómo, viendo el video sobre la muerte -en 1994- de Kim Il Sung, la gente aún hoy se echa a llorar. Su estatua y su mausoleo tienen miles de visitas diarias durante los 365 días del año, así como flores. No hay fingimiento, es un sentimiento real.

En Occidente todo se reduce a señalar con el dedo y gritar “culto a la personalidad”. No quiero entrar en valoraciones históricas o culturales, pero sí decir que este debate esconde otras muchas cosas. En la historia del movimiento comunista, hemos tenido líderes que proyectaron su imagen hasta la saciedad, pero que fueron “heterodoxos” y útiles al imperialismo. A esos, pocos les acusarían de culto a la personalidad. Hablo de casos como los de Santiago Carrillo, en España, Deng Xiaoping, en China, o Mijail Gorbachov, en la Unión Soviética.

En cambio, este fenómeno se recuerda de forma reiterativa en el caso de líderes que mantuvieron una política clara en defensa de los intereses de la clase obrera y de acuerdo con el socialismo científico. Creo que se entiende por dónde van los tiros.

El infantilismo de las distintas “izquierdas” -generalmente, directamente proporcional al grado de ineficacia de la lucha de cada una de ellas contra el capitalismo- les lleva a ser incapaces de ir más allá del mero bramido de “culto a la personalidad”, en vez de analizar el contenido político del proyecto que encabeza un determinado dirigente.

En mi opinión, el seguidismo a un líder es un fenómeno muy negativo si eso implica el dogmatismo en la vida política del partido revolucionario, la restricción de la democracia interna o, especialmente, si el contenido concreto de la política de ese líder es claramente contrarrevolucionaria, como pueda ser en el caso de Carrillo.

Ahora bien, en el caso de que el líder en cuestión esté fomentando la democracia interna, el debate crítico e impulse un proyecto revolucionario, donde además existe una dirección colectiva a todos los niveles; el hecho de que se respete mucho o demasiado al líder, no es una cuestión que, para personas con cierta capacidad intelectual, deba hacerles perder mucho tiempo.

Un último elemento que quisiera mencionar sobre este fenómeno es que para los coreanos, sus líderes son personas muy cercanas. Desde fechas muy tempranas, Kim Il Sung comenzó a visitar aldeas, fábricas, granjas, universidades, unidades militares,... y reunirse con los trabajadores de estos centros. Conocer, intercambiar y dirigir sobre el terreno es parte del método de dirección coreana y una exigencia que se hace a los funcionarios en puestos de responsabilidad. El propio Kim Jong Il, durante el año 2009, hizo más de 200 visitas de este tipo. ¿A alguien todavía le extraña que los coreanos tengan ese tipo de sentimientos hacia él y los españoles tengamos otros radicalmente distintos hacia Juan Carlos o José Luis?

Otro aspecto muy característico de los coreanos es su patriotismo. De hecho, su Revolución no nació de un movimiento clasista, sino ante el fracaso de la oposición nacionalista no proletaria. Kim Il Sung, con apenas 13 años, se fue de Corea para formarse en China y luchar por la independencia de su país, como estaba haciendo su padre, que era nacionalista. Su madre era también feminista y patriota.

Kim Il Sung vio en el movimiento comunista la única alternativa para conseguir la independencia de Corea y superar de una vez por todas el feudalismo. Pero la alternativa comunista surgió de la necesidad de recuperar la Patria. Ese espíritu llega hasta hoy y explica, en gran medida, la aparición del Juche, que prioriza los aspectos nacionales en la construcción del socialismo.

No hay que engañarse, la revolución coreana no nace como la mera extensión de la influencia soviética o china a la Península Coreana. Tiene explicaciones y raíces muy profundas en la historia de Corea, que arrancan varios siglos atrás, con toda una serie de sentimientos de agravio y rencor colectivo del pueblo coreano hacia su atraso y la opresión extranjera. El socialismo significa para los coreanos soberanía, primero, y después emancipación de clase. Ellos suelen decir que el socialismo es su vida y parte de los motivos por los que su Revolución sobrevivió a la contrarrevolución soviética y la renuncia china tiene que ver con la naturalidad con la que han enraizado su socialismo con los sentimientos e historia nacional.

Esto no quiere decir que Corea no aspire a la revolución en otros países ni deje de practicar la solidaridad internacionalista. Pero su revolución es, en primer lugar, suya y, después, mundial.

Uno de los aspectos que más importancia tienen dentro de la Revolución, como ya he mencionado, es la educación. La educación fue una de las principales reivindicaciones del movimiento de oposición al régimen colonial. No sólo eso, la propia guerrilla se dedicó a la alfabetización y educación de los pueblos donde tenía influencia o control.

Corea del Norte se convirtió en 1949 en el primer país asiático en erradicar el analfabetismo, apenas cuatro años después de la liberación. Una década después, el 100% del alumnado recibía gratuitamente educación primaria y secundaria. En los sesenta, se prolongó el periodo educativo hasta 9 años y la secundaria se convirtió en Educación técnica, en la que todo alumno experimenta con máquinas y herramientas modernas. En los setenta, el sistema de enseñanza obligatoria se extendió a 11 años, incluyendo enseñanza artística y educación física.

El Estado ofrece servicio gratuito de casas cuna y guardería para el 100% de los niños, incluyendo en fábricas, granjas, aldeas y barrios. Se admiten incluso recién nacidos y existe el régimen de internado, para los padres que por razones laborales o de estudio no puedan atender a sus hijos todos los días o durante una temporada.

La Universidad, las actividades extraescolares y socio-políticas y la enseñanza para adultos son también gratuitas, así como las residencias de estudiantes y los libros de texto. Por los uniformes escolares se paga un 20% del coste y son gratuitos para aquellas familias con tres hijos o más.

Empecé diciendo que sobre Corea se dicen demasiadas cosas, pero se conoce muy poco. Y me reitero. No es cuestión de ir refutando todas las tonterías que se dicen, una a una. El problema es que se ha creado una forma de pensar sobre Corea, un esquema inamovible en cuyas claves piensa la mayoría de la gente.

Este esquema se ha creado como resultado de un esfuerzo de años y años, en el que Estados Unidos y Corea del Sur han venido fabricando noticias, creando organizaciones fantasma y agencias de prensa de intoxicación y mintiendo descaradamente. Es un esfuerzo planificado y que además tiene en cuentas las necesidades de “poner más leña en el fuego” en determinados momentos o a modo de recordatorio. No es que en Corea del Norte siempre esté pasando algo, sino que si Corea del Sur no fabricase algo de vez en cuando, el esquema perdería peso.

Algún ejemplo lo hemos tenido en el pasado mundial de fútbol. Fabricar la noticia de la deserción de cuatro norcoreanos, forma parte de esta campaña. Toda la “información” partió de un diario italiano, pero sería ingenuo pensar que se le ocurrió la noche anterior. Esto lleva una planificación de meses y es un esfuerzo por parte del sistema de propaganda occidental creado en la Guerra Fría y al servicio de los servicios de inteligencia de los Estados. Corea del Sur es un Estado cuya primera prioridad es la absorción del Norte, ¿alguien se cree que no van a usar medios de manipulación informativa, dirigidos a nivel estatal?

Da igual que días después, la mayor parte de la prensa publicara en una esquina que la noticia había sido desmentida por la FIFA, y que estaba confirmado por la presencia de esos jugadores en el entrenamiento. Dio igual, porque lo fundamental no es una deserción sino que los lectores se asuman con naturalidad la idea de que Corea del Norte es un país del que su población quiere huir.

Nos dicen: “¿Qué mas da que no ocurriese? ¡La culpa es de Pyongyang, que es un “régimen muy hermético” y por eso nosotros nos confundimos! Además, quién no se imagina que eso pudiese haber pasado.” Os recomiendo que busqueís la aclaración que hizo el diario “El Mundo”, porque viene a decir esto.

Por lo tanto, quién quiera conocer Corea tiene que romper con los esquemas que le han creado. Es un primer paso sin el cual no va a poder conocer nada. No basta con visitar el país, hay que visitarlo con una determinada actitud, ya que sino, el esquema de la propaganda imperialista, condiciona incluso las percepciones que tienen los visitantes.

¡No, no es una paranoia, es que han creado un discurso cerrado y perfecto, donde todo tiene una explicación, según su esquema! Si ves a la gente feliz, es que el régimen te enseña lo que quiere que veas. Si hay edificios en buen estado, no les prestes atención, a saber cómo estarán los que no sean de “cartón piedra”. Si los coreanos te cuentan que están de acuerdo con su sistema y les parece democrático, es que les han lavado el cerebro. Y así hasta el infinito. ¿A qué os suenan este tipo de afirmaciones? ¿Existe o no existe un discurso hegemónico sobre la realidad de los países socialistas, que nos impide ver incluso lo que tenemos frente a nuestros ojos?

Por haber, hay hasta “periodistas” que han visitado Corea y han salido diciendo que están prohibidas las bicicletas, porque da una imagen de pobreza al turista. ¡Claro! ¡Pyongyang, ciudad de vacaciones! Ahora en serio. Conozco casos concretos: una “periodista” del grupo PRISA, hizo una visita de 6 días a Pyongyang, para hacerse las fotos que legitimen ante el lector el contenido de sus artículos. Las fotos no cuentan mucho, pero al menos trasmiten el mensaje de “si lo cuento es porque estuve allí”. Da igual que hubiese estado o no, porque el encargo de sus amos -recordemos que en los medios de comunicación capitalistas, el periodista no escribe libremente y en favor de la verdad; sino por encargo y bajo amenaza de despido- era simple y llanamente, repetir los bulos de la propaganda surcoreana.

El nombre de la periodista es Georgina Higueras y sólo señalaré la más flagrante de sus mentiras. Cito textualmente, párrafo sexto de un artículo en el suplemento del 10 de septiembre de 2005 de “El País”: “En Pyongyang, la población supera los dos millones, pero la mayor parte del tiempo las calles están desiertas. No hay ni bicicletas. El gran líder dijo un día que daban un aire poco moderno a la ciudad, y nunca más volvieron a rodar por sus amplias avenidas.”

¿Cómo alguien que visita Pyongyang puede afirmar que no hay prohibición de montar en bicicleta? Pero si, tras el metro, es el medio de transporte más utilizado. ¡Mucho más que el coche! Pues bien, en varios artículos repitió esa mentira.

Por eso digo, que no basta con visitar el país. En el caso de la “periodista”, la divergencia entre realidad y percepción es exagerada, pero en el caso de algunos visitantes, sin llegar al extremo de la manipulación voluntaria, también se da el mismo fenómeno.

Corea no es un país donde la población tenga prohibido usar cortinas, para que la policía pueda mirar si tienen retratos de los líderes en su interior. Tampoco se hacen humillaciones públicas a los deportistas que pierden un partido, sino que se les recibe con cariño en el aeropuerto. No existe un gulag, entre otras cosas porque ni hay tanta gente ni tanto espacio en Corea como para mantenerlo y el nivel de criminalidad es de los más bajos del mundo. La gente no se muere de hambre ni se restringe la electricidad a las viviendas.

¡No! Corea es un país donde tratan de construir una sociedad mejor, de tipo socialista. Estados Unidos decidió tratar de abortar ese proceso en los años 40 y creó un estado títere -Corea del Sur- sin respaldo popular, que se desplomó como un castillo de naipes en cuestión de días, cuando comenzó la Guerra Civil, en 1950. Sólo el despligue masivo de cientos de miles de tropas estadounidenses pudo impedir que todo el país se unificase en torno al único proyecto que tenía bases populares en Corea: la construcción del socialismo. Y las tropas norteamericanas siguen en Corea del Sur.

Corea es una sociedad dividida, bloqueada y amenazada por la primera potencia del mundo, el único país que ha bombardeado a población civil con armas nucleares y el país que más guerras ha desencadenado en los últimos siglos. Y a pesar de eso, los coreanos no sólo resisten, sino que también construyen un sistema diferente, basándose en sus propias fuerzas y superando la explotación del ser humano por el ser humano.

Los coreanos viven, se divierten, luchan, estudian, se enamoran, van al hospital, trabajan. ¡Son personas como nosotros y nosotras! ¡Respiran, incluso! No hay que verlos como seres de otro planeta, que es lo que muchas veces nos quieren hacer ver.

Eso sí, es un pueblo que, desde los años 30, decidió combatir a las potencias extranjeras que pusieron sus pies de forma ilegal en suelo coreano y que se comprometió con una sociedad superior. Y eso sigue siendo a día de hoy un propósito tan firme como hace 80 años, cuando comenzó la lucha guerrillera.

¡Eso es lo que no le perdona el imperialismo norteamericano! ¡Por eso, como con Cuba, se emplean todos los medios posibles para derribar a un país de tan sólo 24 millones de habitantes! Porque en cifras, el país es pequeño, pero cualitativamente, su revolución es grande, muy grande.

Sobre Corea pasan cada mes más de 150 vuelos espías -violando su espacio aéreo-, se introducen redes de espionaje, se emiten miles de horas en programas de radio para manipular a su población (el mejor ejemplo es “Radio Free Asia”), se bloquea sus costas y se asalta sus buques para dificultar el comercio -bajo el pretexto de la lucha contra la “proliferación de armas”- y se realizan ejercicios militares en sus fronteras, ensayando con casi 50'000 soldados cómo será la invasión del país.

Cabe preguntarse, ¿qué más les podemos hacer para que nos odien? ¿A alguien realmente le sorprende que cuando llega un occidental tomen preocauciones?

Sin embargo, no es odio o rencor lo que yo he visto en el pueblo coreano. Sobre todo, he visto heroísmo. Que nadie me entienda mal, Corea es una y el heroísmo y la lucha está tanto en el norte como en el sur.

Lee In-mo, periodista comunista, es el preso político que más tiempo ha pasado en la cárcel: 34 años. Sufrió torturas salvajes y un encarcelamiento que le llevó a enfermedades crónicas. Se le acusaba de pertenecer a un partido ilegalizado y de promover la lucha armada contra Corea del Sur. El régimen de Seúl le chantajeó durante 34 años, al igual que a los miles -las cifras son del New York Times, no mías- de presos políticos.

El chantaje consistía en la liberación y el ceso de las torturas a cambio de firmar una carta renunciando al comunismo y criticando a Corea del Norte. Lee In-mo, junto a otros, resistió hasta que, con más de 70 años, fue liberado. Media vida en prisión por no renunciar a sus principios. No hay en el mundo tanta gente que pueda presumir de lo mismo.

En 1993, tras su liberación, se trasladó a vivir en Corea del Norte, donde fue recibido como un héroe más de la revolución. Fue internado en un hospital y consiguió recuperarse de la mayoría de dolencias, por lo que fue dado de alta en 1994. Murió en 2007 a los 89 años de edad. A su funeral acudieron miles de personas.

Pero no sólo los comunistas han demostrado heroísmo en Corea. Es una lucha que incumbe a todo un pueblo. En los años cuarenta, cuando se consumó la división del país, a través de la imposición en Seúl de Sygmun Rhee como dictador títere de Estados Unidos, hubo una conferencia de partidos políticos y organizaciones cívicas en Pyongyang. Acudieron todos los partidos de norte y sur, a excepción de dos partidos surcoreanos.

Kim Gu, nacionalista y anti-comunista, también acudió a la reunión. Estaba totalmente desilusionado con el régimen de Corea del Sur, que lejos de ser la democracia patriota con la que él había soñado, se había convertido en una dictadura genocida que había cambiado la dependencia hacia Japón por la dependencia hacia Estados Unidos.

En Pyongyang, sin embargo, se quedó maravillado. En primer lugar, porque el sistema de Corea del Norte no era -como afirmaba Estados Unidos- una colonia soviética. Al contrario, las últimas tropas soviéticas se fueron en 1948, a diferencia de las americanas, que aún siguen en Corea del Sur.

Además, los cambios radicales que en apenas tres años había hecho Corea del Norte le sorprendieron, especialmente la reforma agraria.

Kim Gu se reunión con Kim Il Sung y le dijo que lo que le pedía el cuerpo era quedarse en Corea del Norte -como hicieron tres dirigentes de partidos progresistas en el Sur. Pero sabía que si lo hacía, los americanos dirían que estaba secuestrado en Pyongyang, por su histórico anti-comunismo. Por eso quería ir a luchar en el sur por la reunificación de la patria y que, cuando ésta se consiguiese, lo único que pedía era poder trabajar en una granja con manzanos, como las de una de las aldeas que visitó.

A su vuelta a Seúl, fue asesinado.

He de decir, que en Corea he recibido un trato muy bueno. Mis traductores, Kimsito y Kimsita, se preocuparon constantemente por intentar hacerlo todo más fácil y en función de mis intereses. Todas las cosas que pedí visitar, las incluyeron en el programa, aunque una de ellas se tuvo que anular finalmente, ya que la fábrica Taean estaba a un ritmo de trabajo muy alto y no podían meter a gente ajena a la producción a deambular por allí. Salvo eso, el resto se incluyó todo, incluyendo la Acería Chollima (Kangson), que tenía especial interés en conocer.

Por otro lado, ante mi falta de dinero durante los últimos días, estuvieron invitándome a cafés y helados y el último día me entregaron unos 15 libros en castellano de forma gratuita. Como digo, el trato fue inmejorable.

A partir de hoy, comenzaremos a publicar todas las crónicas diarias en el blog “Corea Socialista”, junto a fotografías de cada día. El objetivo es dar a conocer entre el movimiento de solidaridad internacionalista, una revolución que muchos y muchas desconocen. Espero poder contribuir a ese objetivo.


Juan Nogueira López
Secretario de Comunicaciones de la KFA
Secretario General de CJC




Extraido de Corea Socialista

viernes, 20 de agosto de 2010

Los números son rojos para los rojos, pero....



Excelente artículo de autocrítica de la izquierda que deberíamos leernos todos y todas los militantes y las militantes anticapitalistas y progresistas. Extraído deKaosenlared:

Hace días me enteré de que unos avispados jóvenes con ansias de llegar a ser campeones en cine fantástico, habían lanzado a través de Internet un mensaje, en el que se comprometían a conceder a aquellos ciudadanos que quisieran convertirse en inversionistas, parte de los derechos de autor que generase una película salida de su factoría (absolutamente desconocida y casi amateur), en cantidad proporcional al dinero entregado para dicha producción, dando para ello una nota bancario, acusando recibo del efectivo enviado, y remitiendo a los entusiastas del proyecto el correspondiente documento legalizado, en el que aseguraban que aquellos que ingresaran unos cientos de euros (en algunos casos hubo quien extendió un cheque por varios miles), figurarían en el reparto de beneficios, una vez estrenado el film en cuestión.

Lo más curioso es que, en poco menos de dos meses, a través de la cada vez más vigilada Red de Redes, utilizando este medio como plataforma de promoción y búsqueda de socios, los avispados muchachos han logrado UN MILLÓN DE EUROS (sí, un kilo, camaradas), que es lo mismo que decir que habían tocado el corazón y el bolsillo de mil ciudadanos, que transfirieron a la cuenta de los jóvenes cineastas unos mil euros por barba. El que la sigue la consigue, dice el refrán, y quien cree en este tipo de proyectos, no pierde mucho con imaginar y poner en marcha esa forma tan original de financiación; si llegan a dirigirse al Ministerio de Cultura de la señorita Pepis, digo de González-Sinde, no hubieran obtenido tal ayuda. ¿Qué lección podemos extraer del caso?

Para mí, es sencillo. Miles de personas que no conocen de nada a unos chavales que solicitan pasta por Internet, poniendo los medios para ratificar la veracidad del proyecto, consiguen una cantidad que jamás los propósitos y planes de la izquierda han imaginado reunir, en mil trabajos emprendidos, tal vez porque no prometemos algo tangible sino, como mucho, una plataforma para mantener alto el pabellón de quienes creemos en lo público antes que en lo privado, para tratar de que el mundo sea mejor.

Es lamentable que en los portales de información alternativa (aunque no le agrade el término a mi querido amigo y colega Pascual Serrano) no se haya conseguido siquiera la certeza de que seguiremos en la red pese a quien pese. No somos los rojos muy dadivosos con nuestros medios; parece como si, además de adquirir diarios y ver noticieros que sabemos van a repugnar la conciencia de cualquier ciudadano que espera objetividad, nos importase un carajo que se fueran al infierno las Rebeliones, los Insurgentes, los Kaos y los Nodos 50 con su Red Voltaire entera, Diagonal o Tele-K. ¿Soy muy duro? Creo que no.

Reconozcamos humildemente que no hemos nacido para enfrentar grandes proyectos sólidos, ni siquiera en el terreno político. Con tanta ortodoxia, tanto debate pesado y cansino sobre líderes comunistas, asesinados o no, se nos pasa el tiempo mientras creemos que la conciencia nos dice que ha pasado por el lavado, el aclarado y el centrifugado. Como si fuera fundamental caminar por la vida leyendo debates, releyendo tesis sobre el sadismo de Stalin, buscando pajas en el ojo venezolano, señalando un error del sandinismo, mientras otros sacan a Trostky, como quien blande un misal, para sospechar del vicepresidente de Bolivia, para acusar a Evo de anti obrero, en tanto alguno más escribe que el leninismo ya no tiene futuro, o los menos opinan que hay que reinterpretar el marxismo. No podemos pasarnos media existencia dándonos latigazos. Para cuatro pueblos donde hay alcaldes de izquierda, para cinco naciones latinoamericanas que intentan caminar, con todos los errores lógicos que se cometen, por la senda del anti capitalismo, no hay un solo día en el que el listo de turno, el más puro y ortodoxo del barrio, se rasga las vestiduras y sale bufando por peteneras porque no admite que haya etapas en las que se exige utilizar técnicas de mercado para asegurar la sanidad, educación, transporte y vivienda públicas.

Lo infantil es (respetando el inalienable derecho a la autocrítica, pero despreciando la difamación y la falsa información) vivir en la permanente duda sobre los procesos revolucionarios, cuando la historia nos ha demostrado que, al menor descuido (Honduras es el ejemplo más notorio y ya nadie piensa en el golpe fascista de Micheletti) los militares se hacen con el poder, en tanto los rojos seguimos tirándonos los fascículos y las teorías a la cabeza, diciendo “Vade retro, estalinista de los huevos”, “Que te jodan, trostkista de mierda”, “Ese es un leninista revisionista”, “No trago a los anarquistas”, y demás “reflexiones” de cientos de militantes y lectores de Kaos, en este caso. ¿Para qué queremos enemigos, teniendo un plantel de teóricos de ese calibre?

Los rojos somos incapaces de convencer a diez mil camaradas para, con 100 euros por barba, obtener un monto económico que nos permitiera lanzarnos a organizar una radio, una TV y un portal en condiciones, desde donde dar la vara a tanta web neo franquista, a tanta CIA y a tanta monarquía, a tanto diario manipulador, aunque sea un trabajo ímprobo. El ejemplo formidable de las webs nombradas anteriormente, más los casos de Cubainformación, de la Red Blogueros y Corresponsales de la Revolución (con casi mil periodistas de todo el mundo aportando escritos), de pequeñas emisoras locales en Euskadi, Canarias, Catalunya, Valencia y pocas más, o de esa publicación tan profesional o más que Le Monde o Liberation como es Diagonal, cuyos currantes demuestran en cada número que saben lo que es el periodismo objetivo, riguroso y valiente, al servicio del ciudadano, reconfortan y animan a quien escribe estas líneas para pedir más colaboración, más esfuerzo, más pequeños sacrificios y menos cañas en la terraza, cubatas en el bar de nuestros troncos y fiestas en las que se disfruta, se bebe, se come, se dicen cosas, pero no se decide nada. Mucha hipótesis, mucha reflexión, y a la hora del empirismo nos vamos de vinos, a discutir sobre la última putada del gobierno de Zapatero.

Los casos mentados son buena prueba de cómo se sobrevive a pesar del pesimismo, de la duda constante, del escepticismo militante de millones de izquierdistas, que creen que quienes están detrás y delante del formidable portal, viven del aire, o en sus ratos libres trabaja gratis porque les hace ilusión, como en los casos de Kaos, Insurgente, etc., que necesitan aportaciones mínimas para subsistir malamente.

Nuestro compromiso como lectores y militantes, como camaradas y compañeros convencidos de que el capitalismo del siglo XXI no es sino un nazismo disfrazado, debe llevarnos a varias conclusiones. La primera es dejar tanta mala conciencia, tanta falsa crítica, tanto masoquismo y avanzar animando a quienes “se lo curran con nada y sin cobrar”. La segunda, convencernos de que debemos y podemos mantener, con muy poco dinero de nuestra parte, mil y un proyectos que hoy duermen en las gavetas de militantes, que un día dejaron en la basura su dosis de confianza en los programas de la izquierda, porque la corrupción moral y económica de cientos de compañeros nos llevó al desánimo y la indiferencia. La tercera, que hay que reorganizarse en todos los lugares, que hay que volver a militar en serio, con responsabilidad y compromiso.

La izquierda debe despertar del letargo. La izquierda debe aprender del caso que ha motivado este escrito. Unos jóvenes sin nada en las manos, excepto una película en proyecto, han removido los bolsillos y el entusiasmo de mil inversionistas (tal vez creyendo que podrán sacar jugo a sus euros) para realizar un film, que para colmo, narrará una historia de ciencia ficción, que no es tanto: los nazis habían llegado a la Luna en los años 40 y desde allí regresan hoy a la Tierra para terminar su misión. Más real, imposible.

Lo que me jode, es que eso no se nos ha ocurrido a ninguno de nosotros. ¿Será porque no buscamos un beneficio personal?

Carlos Tena


Fuente; Pueblo Aragonés

jueves, 19 de agosto de 2010

El chiste del día: Estados Unidos dice que se va de Iraq, pero deja 50.000 soldados


Las últimas (¿?) tropas de combate estadounidenses, comenzaron a abandonar ayer Iraq. Según el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, la guerra se da oficialmente por terminada. Curioso. Es la única guerra que ha finalizado dos veces sin necesidad de que tuviera que reanudarse, recuerden que George Bush la dio por concluida hace años, y ahí sigue.

Y bien que sigue. A los 50.000 militares que se quedan, hay que sumar 7.000 guardias de seguridad privada, número al que quiere llegar el Departamento de Estado (ahora tienen la mitad). Estos guardias se encargarán de operar los radares, detectar bombas-trampa, manejar aviones sin piloto y actuar como fuerza de despliegue rápido. Para ser un país en “paz” no está nada mal. Dicen que los soldados se quedan para adiestrar al ejército títere iraquí, ¿pero después de siete años aún no aprendieron a desfilar al paso de la oca? Ese ejército será el único del mundo que estará adiestrado por ¡50.000 entrenadores!

La realidad es bien distinta. Iraq sigue sin Gobierno ni nada que se le parezca. Electricidad, agua corriente y otros servicios están disponibles esporádicamente en la capital, donde la violencia se dispara (hace unas horas, 48 reclutas del ejército fueron abatidos y más de 100 resultaron heridos). Estados Unidos ha convertido Iraq en un pseudo-país totalmente inestable, es más, toda la región se ha vuelto inestable. Esta es la típica retirada-, escalonada- de un frente bélico, porque existe otro más activo (Afganistán) adonde irán a parar los efectivos que hoy huyen de Iraq.De Guatemala a Guatepeor.

Mis felicitaciones al valiente pueblo iraquí.Que sigan golpeando a los terroristas occidentales (encerrados como animales en sus bases) y sus aliados que son la carne de cañón. Han demostrado que el valor, unido a una tenaz resistencia, puede más que toda la tecnología militar del mundo. Los patriotas están echando al invasor, y cuando éstos se hayan ido por completo, al Gobierno títere no le quedará un mes de vida. Si es que no se destruye antes así mismo.


Extraído de; JM Álvarez

miércoles, 18 de agosto de 2010

La Guardia Civil se manifestará el 18 de septiembre contra el Gobierno.



La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y la Unión de Oficiales (UO) han anunciado esta mañana, que el 18 de septiembre se movilizaran contra el Gobierno de Rodríguez Zapatero, acusado entre otras cosas de prometer "falsas promesas".

El secretario general de la AUGC, Alberto Moya, ha afirmado esta mañana que el cuerpo de la Guardia Civil se encuentra en una situación "muy critica".

Ahora bien, en el caso de tratarlos como "compañeros proletarios", (cosa que no son, ya que su labor consiste en actuar al servicio del capital, reprimiendo los verdaderos intereses obreros en vez de servir al pueblo y protegerlo como deberían, si no que no se llamen Guardia "Civil") ami me surge una duda;

¿Si los "compañeros Guardiaciviles" se pasan de la raya el 18 de septiembre en su convocatoria, tendremos que ir nosotros, a reprimirlos y darles palos como hacen ellos cada vez que nosotros salimos a la calle?


Gonzo.

lunes, 16 de agosto de 2010

La publicidad, la mejor arma de reclutamiento para el ejército español


Comprobada la mala imagen que proyecta el Ejército, a Defensa no le ha quedado otra desde que acabó la ‘mili’ que gastarse entre 10 y 20 millones de euros anuales en publicidad. Es la única forma efectiva de llamar a filas.
Los aficionados del género melodramático- bélico están de suerte. Cada año, el Gobierno de España les deleita con al menos dos grandes audiovisuales: la cita de los espectadores con las tropas llega siempre por primavera (Día de las Fuerzas Armadas) y otoño (Fiesta Nacional del 12 de octubre), con una frecuencia estratégica. Y es que la ministra de Defensa, Carme Chacón, además de estar “muy involucrada” personalmente en estas campañas –según admitió un portavoz de su departamento–, conoce muy bien la teoría de la publicidad (su marido Miguel Barroso, fue secretario de Estado de Comunicación). Todos los manuales dan la misma receta: para obtener resultados, es necesaria una inversión constante para que el producto tenga visibilidad y para asociar unos valores a la marca.
Desde la profesionalización de las Fuerzas Armadas en 2001 (con el final de la ‘mili’ obligatoria), el Ministerio se viene gastando entre 10 y 20 millones de euros anuales en publicidad. Para este 2010 de recortes generalizados, el presupuesto se ha quedado en 9.500 millones (reduce un 10,5% frente a una media del 14% de descenso) y no deja de ser la segunda gran campaña de la Administración, sólo por detrás de la de Tráfico.
Por poner un ejemplo, es el doble de lo que se gastará este año en anuncios contra la violencia machista y 12 veces el coste de la campaña contra el fraude fiscal. Y es que, mientras para ésta sólo se ha elegido internet como canal, los anuncios de los tres ejércitos se emiten en todos los soportes: los tradicionales TV, radio y prensa; vallas; también marketing telefónico y hasta patrocinios de libros para profesores. Según dijo la propia Chacón en un vídeo con motivo del lanzamiento del portal de Defensa en Youtube, se trata de hacer llegar el mensaje “por tierra, mar y aire, y ahora también por internet”.
¿De acuerdo a la ley?
La Ley 29/2005 de Publicidad y Comunicación Institucional dice que estas campañas tienen que justificarse por su “interés social”. Como el caso del Ejército encajaría difícilmente en ese epígrafe, el Ejecutivo se ha acogido a otro apartado de la ley que permite anunciar las convocatorias públicas de empleo.
Un capítulo para el que Moncloa dedicará este año el 7,3% de su presupuesto en publicidad, del cual prácticamente en su totalidad, el 7,25%, será para lo que oficialmente se llama Campaña de Proximidad de las Fuerzas Armadas, Reconocimiento y Apoyo al Reclutamiento. Es decir, que mientras al resto de departamentos les vale con sencillos carteles, anuncios esporádicos en prensa o la simple publicación en el BOE, Defensa necesita esa ingente inversión incluso en tiempos de crisis, en los que por fin parece que tiene suficientes aspirantes a soldado, aunque sea consecuencia del alto índice de paro y tras años de continua propaganda.
La calidad humana del Ejército
Pero es que el propio nombre de la campaña habla de otros fines más allá del reclutamiento. Incluso Defensa ha admitido, al presentar su último anuncio hace un mes, que busca promocionar la “calidad humana” de las acciones del Ejército. En estos años, numerosos anuncios han vendido los logros de las “misiones internacionales de paz” donde al parecer el trabajo básico es el de una ONG (la manida reconstrucción), pero es que la penúltima campaña de las Fuerzas Armadas resaltaba también su labor ecológica (se le deben “33 espacios protegidos”) y hasta de investigación.
Con todo, la tarea de los publicistas es difícil. Según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas sobre oficios (de 2006), los militares son los profesionales peor valorados (5,9 sobre 10). Además, en comparación con una década atrás, es con mucha diferencia el trabajo que más prestigio ha perdido. No es de extrañar, así, que la OTAN haya contratado para mejorar su imagen a uno de los máximos responsables de comunicación de Coca Cola, una empresa experta en grandes campañas de publicidad.
Mientras tanto, los grupos de la izquierda han presentado recientemente en el Parlamento –sin éxito– una enmienda para que una parte de esta millonaria partida se destine a informar sobre el coste y las consecuencias de la carrera armamentística mundial: los últimos datos hablan de 700.000 muertos al año por armas y un comercio que ha aumentado el 7% en 2009.
Otras campañas publicitarias
2006
“No quiero hablar de la lucha, si no estamos preparados”, con esta canción de Seguridad Social intentó llegar a la población más joven.
ABRIL 2007
En un mes se destinaron 2,5 millones para propaganda a través de anuncios en TV, cuñas de radio y publicidad en internet... Pero no fue la única campaña del año.
JULIO DE 2008
Para mejorar su imagen, la OTAN contrató a un responsable de imagen de Coca Cola. No importó (¿o sí?) su historial marcado de abusos e impunidad.
OCTUBRE DE 2008
Todo por el Ejército, pero sin mostrar sus acciones diarias. Durante esta campaña, el protagonismo fue para los familiares de los destinados a ‘misiones de paz’.
OCTUBRE 2009
El seleccionador de fútbol promocionó las actividades militares del 12 de octubre. Después, la selección visitó a las tropas.
http://www.diagonalperiodico.net/la-publicidad-la-mejor-arma-de.html
Sacado de Kaosenlared.

jueves, 12 de agosto de 2010

Nadie te puede poner limites, solo tu mismo.

Hoy, he decidido dar un saltito en la tarea de información y difusión marxista-leninista, para escribir un poco sobre la propia vida y la superación personal.

El cortometraje que aparece en la parte superior de la entrada, titulado "The Butterfly Circus" y dirigido por Joshua Weigel, no tiene absolutamente nada que ver con ninguna tesis marxista, ni es un vídeo denuncia contra el criminal capital ni tiene absolutamente nada que ver con el comunismo ni nada por el estilo.

Simplemente es un maravilloso cortometraje donde se intenta exponer, que no hay mas imposibles que aquellos que tu te pongas; un vídeo para reflexionar sobre la propia vida y como aprovecharla.

Actualmente, en el mundo que vivimos, el sistema capitalista trata de imponernos y sobre todo a los jóvenes, multitud de complejos y barreras imposibles, con el único fin de despojarnos de nuestra verdadera personalidad, de tratar que no podamos vivir la vida en armonía y sociedad.

Esto se basa principalmente, a que el propio sistema capitalista, basa su razón de ser en la explotación del hombre por el hombre, buscando el beneficio máximo como causa ultima por encima de todo, haciéndonos creer en ese falso sueño que nos imponen; que todo vale con tal de llegar a lo mas alto de nuestra escala social.

Así pues, el capitalismo inculca en las personas complejos y obsesiones totalmente superficiales, como pueden ser las "modas juveniles", cambiantes cada cierto tiempo (cada vez menos duradero) que solo sirven para engordar la industria que beneficia al capitalismo, para alinearnos y despojarnos de nuestra verdadera conciencia.

Y al final de todo esto, tenemos sociedades temerosas de no salir a la calle totalmente arregladas y maquilladas, hombres que no son nadie sin su todo terreno, jóvenes que necesitan comprar y comprar mas y mas ropa cada vez para sentirse aceptados socialmente, mujeres y hombres que por no tener una nariz, una boca o unos pechos perfectos pierden toda su autoestima y se refugian en los codiciosos brazos de aquellos que consiguen trasformar su rostro, en un rostro "bonito"... etc etc

¿Y con todo esto que quiero decir?

Pues que como bien se muestra en el cortometraje, no hay mas imposibles que los que uno mismo se crea.
Que nadie puede ponerte barreras que no puedas saltar y romper, que los complejos creados en torno a la estética y la apariencia de cada uno, son solo eso, simples capas de superficialidad que esconden al verdadero "yo" que todos llevamos dentro.

No hay error mas grande, que tomar el camino fácil.




Disfruten de la excelente y hermosa historia.


Gonzo.










miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Igualdad? ¿qué igualdad?...

En las agencias de trabajo, la situación se repite: miles de jóvenes trabajadoras son forzadas a ocultar a sus hijos en las entrevistas con el jefe de personal.
Andrea D’Atri / La Haine
Si ya están trabajando cuando quedan embarazadas, son despedidas. La mayoría trabaja en condiciones precarias, sin ningún resguardo legal ante el despido, ni mucho menos guardería o licencia por maternidad. Sin embargo, una de cada tres mujeres que trabaja es jefa de hogar. ¡Y más de la cuarta parte de las mujeres del país vive bajo la línea de pobreza!

Esa es la realidad de millones de mujeres, porque sólo el 2,5% de las que trabajan son “patronas”; son muy pocas las cuentapropistas y la enorme mayoría –¡el 80%!- son asalariadas. Este ejército de mujeres trabajadoras es mayoría en la educación, la salud y el trabajo doméstico; representan casi la mitad de los trabajadores de Comercio, Hoteles y Restaurantes. También tienen una alta participación en la industria textil y en la alimentación; pero siempre son incluidas en sectores donde se necesita menor calificación técnica –aunque la mayoría de las trabajadoras terminó el secundario-, donde cobran salarios menores a los de sus compañeros varones.



A la discriminación laboral, los salarios más bajos y los trabajos más precarios, hay que agregar que las mujeres corren el riesgo de ser víctimas del abuso de capataces y patrones. Y que, además, están sometidas a otra jornada de trabajo que nadie reconoce como tal y que se hace gratuitamente: la que se dedica a las tareas domésticas y al cuidado de la familia. No es algo menor, porque esa extenuante jornada es una de las razones que, en la práctica, impide que las mujeres tengan el mismo derecho que sus compañeros a dedicarse a la organización y la lucha por sus propios derechos.

Como si todo esto fuera poco, son las trabajadoras, las mujeres de las barriadas populares, las jóvenes con empleos precarios y desocupadas las que corren riesgos de salud y hasta el peligro de morir cuando, por las más diversas circunstancias, recurren a la interrupción voluntaria del embarazo.

No más muertes por abortos clandestinos

Todas las mujeres atravesamos la experiencia de un aborto o vivimos de cerca esa experiencia de nuestra madre, nuestra hija, una hermana, una amiga, una vecina, una compañera de trabajo o estudio. Porque, en Argentina, se practican 500 mil abortos cada año: la más elocuente demostración de que la penalización del aborto no impide que éste se realice y que las mujeres de todas las condiciones sociales recurran a la interrupción voluntaria del embarazo bajo las más diversas circunstancias. La penalización del aborto, evidentemente, no impide su práctica; lo único que consigue es que se realice en clandestinidad.

Y si bien todas las mujeres atravesamos o vivimos de cerca la experiencia del aborto, las condiciones impuestas bajo la clandestinidad no son para todas iguales. Para una minoría, están disponibles las clínicas truchas –con atención médica, anestesistas, monitoreo cardíaco, enfermeras e higiene-, donde el pago de más de mil dólares garantiza una intervención quirúrgica aséptica, rápida, sin complicaciones. Se calcula que el negocio reditúa mil millones de pesos al año, una cifra que no sólo permite cubrir los costos y los honorarios profesionales, sino que también paga la impunidad, mediante coimas a la policía, los funcionarios municipales, abogados, etc.

Mientras tanto, una gran mayoría de las mujeres no encuentran otra salida que recurrir a parteras y enfermeras que atienden en su propia casa, a métodos caseros de improbable eficacia, a farmacéuticos y curanderos, a consejos que circulan a media voz, a otras medidas drásticas sugeridas por la propia desesperación… ¿Para qué entrar en detalles por todas sabidos? Se calcula que son aproximadamente 400 las mujeres que mueren por esta razón, cada año, con perforaciones uterinas, hemorragias incontrolables y cuadros de infecciones generalizadas. Las que corren ese riesgo son las adolescentes y jóvenes de las barriadas populares, las mujeres que tienen trabajos precarios, aquellas que están desocupadas sosteniendo a su familia con subsidios mínimos, las que son sostén de hogar con salarios que ni siquiera cubren la canasta familiar…

Penalizando el aborto no se puede evitar que éste ocurra. En cambio, si fuera legal, se podrían evitar tantas muertes producidas por las consecuencias del aborto clandestino. Por eso, junto con la exigencia de educación sexual y el acceso gratuito a la anticoncepción, la lucha por el derecho al aborto –para que sea legal, seguro y se practique gratuitamente en los hospitales públicos- forma parte de la lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras y el pueblo pobre.

Organicemos comités de apoyo a la ley por el derecho al aborto, que junten firmas para exigir que sea aprobada en el Congreso, que impulsen una gran campaña activa con afiches, pintadas, buscando la adhesión de sindicatos, comisiones internas, delegados y delegadas, para que seamos miles quienes nos movilicemos para conquistar este derecho.

La Verdad Obrera





Extraido de Género con Clase.



Related Posts with Thumbnails